Busco algo que no encuentro, mis nervios saltan por no hallar lo que quiero. La cantidad de cosas desordenadas que tengo hacen imposible poder hallar lo que necesito. ¿Por dónde empezar?
Si me pongo a ordenar... perderé tiempo, tiraré cosas que quizá en el futuro me sean útiles, encontraré recuerdos que quizá me hagan daño, descubriré mi propia dejadez, me desanimaré al ver la suciedad acumulada, configuraré mi propia escala de valores, regalaré cosas que a lo mejor son valiosas.
Si me quedo quieto... seguiré en mi desorden, nadie me pondrá vetos, me recrearé en mi incapacidad para vivir desde mis prioridades sin que nadie me tenga que decir lo que debo o no debo hacer...
Pero sigo buscando algo que no encuentro y en mí comienza a surgir la "posibilidad" de ordenar-me...
En la balanza de lo positivo y lo negativo pesa más mi apatía para no enfrentarme a esa tarea pero... voy a optar por lo constructivo. ¡Quizá no sea tan malo!. Probaré a ordenar-me para saber lo que tengo, para disfrutar de un lugar más habitable, para poder invitar a otros a venir a mi casa, para colocar en su sitio mis recuerdos y priorizar mis proyectos...
¡Con seguridad en un futuro no muy lejano, encuentre lo que he perdido!
¡Con seguridad en un futuro no muy lejano, encuentre lo que he perdido!
Encar
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