Descubrir al otro
Iba a ponerme en camino
cuando ya venías Tú hacia mí.
Quería yo correr hacia tí,
pero vi que corrías a encontrarte conmigo.
Yo deseaba esperarte,
pero supe que me estabas esperando.
Llegué a pensar: “Eh, te he encontrado”
pero me sentí encontrado por ti.
Cuando yo quería decir: “Te amo”,
te oí decirme. “¡Cuánto te quiero!”.
Yo quería elegirte
y ya me habías elegido tú.
Yo quería escribirte
cuando tu carta llegó a mis manos.
Deseaba vivir en ti
y te descubrí viviendo en mí.
Iba a pedirte perdón,
pero tuve la certeza de que ya me habías perdonado.
Quería ofrecerme a ti
cuando recibí el don de ti mismo, entero.
Anhelaba ofrecerte mi amistad
y recibí el regalo de la tuya.
Yo quería llamarte “Abba, Padre”
y te adelantaste a decirme “Hijo mío”.
Yo quería desvelarte toda mi vida interior
y te encontré velándome las profundidades del ser.
Deseaba invitarte al corazón de mi vida
y recibí tu invitación a entrar en la tuya.
Deseaba regocijarme de haber vuelto a ti
y te sentí regocijado por mi retorno.
... Dios mío, ¿seré yo alguna vez el primero?.
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