Me dejas que hoy sea yo quien te pida? Una vez ya pedí también un sí a una joven, y juntos hicimos grandes cosas. Sólo por esta vez.
- Te pido que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.
- Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos necesitados, y para correr detrás de los que pierden el camino.
- Te pido tus labios para besar a tantos niños y a tantos mayores con hambre de amor.
- Te pido tu lengua para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar tanto hipócrita y opresor que andan sueltos.
- Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.
- Te pido tu rostro para sonreír a cada uno; para sonreír siempre y a pesar de todo; para poner una mirada de paz y alegría en todas las cosas... Estáis tan nerviosos y ocupados, que lo llenáis todo de angustia.
- Te pido, por último, tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.
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