Buenos días

Como bien sabes, hermano mío, yo pedí muy pocas cosas en mi vida. Pedí una posada antes de nacer, pensando sobre todo en mi madre. Pedí a Zaqueo que me recibiera en su casa, y a un buen amigo una habitación para celebrar la cena de Pascua. Pedí un par de veces agua para beber. 
Me dejas que hoy sea yo quien te pida? Una vez ya pedí también un sí a una joven, y juntos hicimos grandes cosas. Sólo por esta vez.
  • Te pido que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.
  • Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos necesitados, y para correr detrás de los que pierden el camino.
  • Te pido tus labios para besar a tantos niños y a tantos mayores con hambre de amor.
  • Te pido tu lengua para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar tanto hipócrita y opresor que andan sueltos.
  • Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.
  • Te pido tu rostro para sonreír a cada uno; para sonreír siempre y a pesar de todo; para poner una mirada de paz y alegría en todas las cosas... Estáis tan nerviosos y ocupados, que lo llenáis todo de angustia.
  • Te pido, por último, tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario