Martin Luther King recibió el Premio Nobel de la Paz en 1964, y antes de ser asesinado en Memphis, ya había sido víctima de varios ataques y de un apuñalamiento. Si uno se acerca a su vida y sus discursos aprende mucho sobre su liderazgo inspirador, en especial de su transparencia, su confianza irreductible y su capacidad para unir mentes y corazones en pos de una misión.
Fue fiel a sus principios y en la misma línea de Gandhi, supo defender los derechos por el camino arduo de la no violencia. Por eso dijo: "la violencia trae más violencia. La oscuridad no puede deshacer la oscuridad; únicamente la luz puede hacerlo. El odio nunca puede terminar con el odio; únicamente el amor puede hacerlo".
Como todo buen líder tenía sus vacíos y sus períodos de desfallecimiento. Alguna vez afirmó que no había renunciado a su sueño gracias a su fe en Dios en sí mismo y en la humanidad. "Cuento con aliados cósmicos" dijo en otra ocasión hablando de los ángeles.
Mientras otros caudillos negros atizaban la hoguera del odio, Luther King invitaba a la tolerancia y al perdón. Por eso, su mensaje y su testimonio de vida son tan valiosos y oportunos para nuestra patria y estamos urgidos de llevar a la vida su credo expresado en pensamientos como estos: - Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol. - Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. - Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces; pero no hemos aprendido a vivir como hermanos. - La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. El mundo está a oscuras no tanto por el mal que hacen los malos como por el bien que no hacen los buenos.
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