María Auxiliadora (24 de mayo)


Hoy celebramos en toda la Iglesia la festividad de María Auxiliadora, una advocación de Nuestra Señora muy extendida gracias, sobre todo, a la Congregación Salesiana, fundada por Don Bosco, para la educación y la promoción social de la juventud.
María es el auxilio del pueblo cristiano, pueblo peregrino en marcha a la casa del Padre.
Y, como en Caná de Galilea, ella adelanta la hora de Dios, y atrae sobre nosotros la mirada misericordiosa de Jesús, de quién nos ha venido todo bien.
¡ Oh Virgen Auxiliadora !, mujer y madre solidaria, en estos tiempos de crisis, haz que experimentemos con alegría tu auxilio, el amparo de tu presencia intercesora, y que nosotros mismos seamos el auxilio bienhechor de nuestros hermanos y hermanas.
Sí, junto con María, seamos hoy el auxilio del parado, del emigrante, del joven que no encuentra empleo, de los que sufren situaciones de violencia, de los ancianos y niños, de tantos que están solos, de tantos que viven situaciones de angustia económica, o que carecen de una vivienda digna.
Seamos esa presencia de amor de María Auxiliadora, un título de nuestra buena madre que nos compromete, que nos empuja a servir; a vivir, como nos enseña Jesús, amando a  los demás, especialmente a los más pobres.
Hoy quiero especialmente encomendarte a los jóvenes españoles, a los que estos días han estado de acampada por las calles y plazas de España, como una forma de reivindicar su derecho a un mundo más humano, por su sensibilidad ante los problemas de la sociedad; también por aquellos que han perdido la fe en Cristo, por los que buscan y no encuentran ese amor y ese sentido que vienen de Dios, y que llena de un profundo significado la vida misma.
Virgen María Auxiliadora, toma en tus manos a nuestros queridos alumnos y alumnas, que seamos transparencia de Dios para ellos y ellas, guárdales de todo peligro, guíales, y llévales a Jesús, el amigo que nunca falla.

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