Demos un paseo, contemplemos la naturaleza, la gente, la ciudad en movimiento...
Necesito que el aire acaricie mi rostro y el sol ilumine mi expresión para poder decir al mundo que estoy feliz de ser quien soy, de hacer lo que hago y de vivir lo que vivo.
Demos un paseo y compartamos aquello que vivimos, aquello que nos preocupa y aquello que nos interroga.
Demos un paseo y miremos desde la ventana el reloj de la vida que no entiende de tiempos y sí de emociones resaltadas a la luz del espacio.
Lo importante no es caminar deprisa ni despacio... lo importante es caminar y levantarse por la mañana con la ilusión de salir a recibir esa luz que Dios nos manda cada día para poder mirar con ojos serenos y con expresión verdadera a aquellos con quienes nos encontremos.
Demos un paseo e invitemos a pasear a aquellos que queremos porque, con seguridad, será un momento en el que el espacio y el tiempo se detendrán para saborear el placer de la amistad y cariño.
Demos un paseo y ¡Vivamos!
Encar
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