Cada día, hora, minuto, segundo... dejamos parte de lo que somos a los demás y a la creación entera.
No nos damos cuenta de la importancia del tiempo hasta que nos paramos y somos capaces de analizar qué hemos hecho con ese tiempo.
Las horas pasan, los minutos pasan... y lo bueno o malo que hayamos podido realizar ahí queda para siempre, no hay vuelta atrás.
Por eso es importante desgranar nuestro tiempo en cosas que ayuden a crecer, a vivir...
Vive cada minuto con la alegría que produce escuchar a una persona.
Exprime tus minutos para hacer el bien sin mirar a quien.
Entrega por completo todo lo que eres y puedes dar a los demás.
No dejes pasar un segundo sin vivir desde la justicia y la paz.
Mantente alejado del reloj cuando tus oídos escuchen al que te necesita.
Ofrece brazos, piernas, boca... a cada minuto para ayudar a construir un mundo mejor.
Sueña despierto y vive soñando porque solo los que sueñan son capaces de dar lo mejor que Dios ha puesto en ellos para hacer de cada minuto un regalo de amor.
Encar
Grandísima verdad. Creer que el tiempo se puede perder y puede volvar, pero sobre todo es capaz de atravesar la vida del hombre.
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