Freud no conoció la comunión. Esta frase, que parece maravillosa, encierra un límite para el hombre que no es justo. Busquemos la comunión.
Otros hombres, fuera de la Iglesia, sí que han apostado por la verdad. En la que los sabios están de acuerdo. Pero era sabiduría que requiere purificación del corazón.
Freud no conoció la comunión. Esta frase, que parece maravillosa, encierra un límite para el hombre que no es justo. Busquemos la comunión.
ResponderEliminarOtros hombres, fuera de la Iglesia, sí que han apostado por la verdad. En la que los sabios están de acuerdo. Pero era sabiduría que requiere purificación del corazón.