¡Reparte a manos llenas! Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad: ¡Es mejor dar que recibir! ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo! Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar!
Uno puede ofrecerle sus ideas a otro como balas o como semillas.
Puede dispararlas, o sembrarlas; pegarle en la cabeza a la gente con ellas, o plantarlas en sus corazones.
Las ideas usadas como balas matarán la inspiración y neutralizarán la motivación. Usadas como semillas, echarán raíces, crecerán y se volverán realidad en las vidas de quienes fueron plantadas.
El único riesgo de usarlas como semillas es que una vez que crecen y se convierten en parte de aquellos en quienes fueron plantadas, es probable que nunca te reconozcan el mérito de haberlas ideado. Pero quién está dispuesto a darlo todo, recogerá una rica cosecha.
"Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe" Gálatas 6:7-10.
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