Cada cosa por su nombre...


Señor, a eso de caer y volver a levantarme,
de fracasar y volver a comenzar,
de seguir un camino y tener que torcerlo,
de encontrar el dolor y tener que afrontarlo.
A todo eso que le llamo adversidad,
enseñame a llamarle sabiduría.

A eso Señor, de sentir “la mano de Dios”
y saberme impotente,
de fijarme una meta y tener que seguir otra.
de huir de una prueba y tener que encararla,
a eso de planear un vuelo y tener que recortarlo,
de aspirar y no poder, de querer y no saber,
de avanzar y no llegar...
A eso que le llamo castigo,
mostrame que es enseñanza.

A eso de pasar días juntos radiantes,
días felices y días tristes,
días de soledad y días de compañía,
A eso que le llamo rutina,
enseñame a llamarle experiencia.

A eso de que mis ojos puedan ver,
y mis oídos oigan,
y mi cerebro funcione y mis manos trabajen,
y mi alma irradie, y mi sensibilidad sienta,
y mi corazón ame...
A eso Señor, que no le llame poder humano,
sino milagro divino, tu amor por mí...Amén!

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