No seas gallina

Cierto es que no es fácil ser valiente... cierto que con frecuencia huímos de las posibles amenazas por temor a que nos dañen... cierto que no es fácil plantar cara a la vida en determinados momentos... cierto que correr ante el peligro es algo innato... 
Pero no olvides que cuando corres ante alguien o algo que te persigue no solucionas nada... tan solo corres para salvar tu pellejo creyendo con ello que el problema va a desaparecer, aunque bien sabes que no es la solución.
La valentía exige de nosotros un alto grado de convicción y fortaleza.
Por eso, cuando sientas que te salen plumas en el cuerpo, como a las gallinas, no huyas... no corras... no apartes el problema con la carrera. Date la vuelta y plántale cara a aquello que te amenaza.
Puede parecer que esa amenaza te va a devorar, que no vas a ser capaz... pero te aseguro que en cuanto te des la vuelta tu peligro reaccionará sorprendido y hasta es posible que a pesar de su ferocidad de un paso atrás ante la presencia de alguien que tiene claridad de vida y que no se deja amilanar por cualquier cosa.
No dejes que nadie ni nada te desplume, nadie ni nada tiene poder sobre ti para poder hacerlo, créeme.
Ah, por cierto! si en algún momento te tiemblan las piernas, el corazón te late demasiado deprisa o el nudo de la garganta te dificulta respirar... recuerda que siempre, siempre Dios corre contigo y te invita a ser el proyecto que pensó un día para ti.

Encar

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