Un hombre sin piernas ni brazos llega nadando de Alaska a Rusia.

En una proeza magnificada por su condición, Philippe Croizon, que carece de piernas y brazos debido a una amputación sufrida a los 26 años, cruzo a nado el mar que existe entre Alaska y el extremo este de Rusia, “solo para decir que nada es imposible”, que “todos podemos triunfar en la vida a pesar de lo que nos suceda”. “No hay diferencia, todos somos iguales”, dijo Croizon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario