¡Valentía para anunciarte!
Querido Señor, me has enviado a este mundo para predicar tu Palabra.
Los problemas del mundo parecen tan frecuentemente complicados e intrincados que tu Palabra me parece embarazosamente simple.
Muchas veces, me siento sin palabras cuando estoy con gente que está hablando de los problemas sociales o económicos del mundo.
Pero vos Señor, dijiste: "Sean astutos como serpientes e inocentes como palomas."
Déjame retener la inocencia y la simplicidad en medio de este mundo complejo.
Me doy cuenta de que debo estar informado,
de que tengo que estudiar los muchos aspectos
de los problemas que enfrenta el mundo,
y que debo tratar de entender lo mejor que pueda la dinámica de nuestra sociedad contemporánea.
Pero lo que cuenta realmente es que toda esta información,
conocimiento y conciencia, me permita decir, más claramente y sin ambigüedades,
tu Palabra llena de verdad.
No permitas que los poderes del mal me seduzcan
con las complejidades de los problemas del mundo,
dame la fuerza para pensar con claridad,
para hablar con libertad y para actuar con coraje,
a tu servicio.
Henri Nouwen
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