Hablamos de crisis, la vemos y vivimos muy cerca...
Todos los empeños políticos actuales se encaminan a salir de la deuda, a recortar gastos y a recaudar fondos.
Los que no han sido nunca ricos no tienen hoy nada diferente a lo que tenían antes, pero los que antes vivían en la abundancia miran con recelo el futuro por si la crisis les toca el bolsillo.
Me pregunto que pensarán de nuestra prima de riesgo los que siempre han sido pobres, los que desde que nacen viven en la miseria y la muerte.
Acumular tesoros económicos en la tierra está al alcance de pocos. El dinero mueve hoy las conversaciones, los miedos, las incertidumbres de futuro.
Hoy nadie "vende" porque el fantasma de la economía se ha instalado en nuestras vidas.
Jesús en su Evangelio de hoy nos hace de nuevo una invitación "vende lo que tienes y dáselo a los pobres"... ¿de verdad estamos dispuestos a ello? ¿realmente nuestra conciencia cristiana nos impulsa a venderlo todo y darlo a los pobres? ¿Son palabras bonitas o metas que dirigen mi vida desde dentro?.
¡Acumulemos tesoros en el cielo! aquellos que no están bañados de oro y plata. Los tesoros de la entrega, del amor, comprensión, ayuda, compromiso y solidaridad.
Esos son los tesoros que nos darán vida de verdad mientras los gobiernos de nuestras naciones se pelean y discuten para hacernos creer que los recortes económicos son para nuestro bien y bienestar.
¡Ese tesoro nadie nos lo puede recortar!
Encar
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