¿Qué es la envidia sino el desear ser como otro, tener lo que tienen otros o vivir añorando lo que no tenemos y vemos en los otros?
La envidia es una palabra fea y nunca reconocida dentro de nosotros mismos.
Si nos preguntan ¿eres una persona envidiosa? siempre responderemos: No.
La envidia se camufla de múltiples formas, a veces toma color de falsa amistad para conseguir estar al lado de aquel a quien, en el fondo, envidiamos. Adopta formas de cercanía cuando lo que existe detrás es una búsqueda de intereses ocultos. Hace que deseemos lo que nunca conseguiremos... porque la envidia solo lleva a infravalorarnos en la gran riqueza que somos.
¡Qué dañina es la envidia cuando se instala en nuestro interior! ¡Cuanto mal puede hacer el hecho de no querer a los demás por lo que son sino por lo que podemos conseguir de ellos! ¡Que pena llegar a mirar al otro con ojos envidiosos que obstaculizan el gran regalo que nos hace con su vida!
Lo contrario de la envidia es la "acogida" el valorar y alegrarnos de los dones que las personas tienen y que ponen al servicio de los demás de forma generosa. ¡Eso sí nos dará vida siempre!
La envidia puede sorprendernos en cualquier momento porque a veces confundimos el amor con la posesión, la belleza con la idolatría y la generosidad con el orgullo.
(Proverbios 14:30)
Encar
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