Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra,
pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial
y me dé agua,
pero despejaré mi cauce
de memorias llenas de lodo.
Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine,
pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios
Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda,
pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza.
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