Los pájaros que viven libres no se cansan de cantar. Supongo que el canto será "su idioma" para comunicarse entre los de la misma especie.
¡Qué bonito el trinar de los pájaros cuando damos un paseo por un parque o por la montaña! ¡Su sonido nos evoca el amor de un Dios Padre que nos ha regalado la mejor obra de arte: la naturaleza!
Su "dialogo" es rítmico, bello, agradable al oído...
¡Cuánto tenemos que aprender de los pájaros para que nuestras conversaciones sean agradables a los oídos de los otros!
¡Qué bueno sería que nuestro canto relajase, tranquilizase e invitase a formar bellos coros que cantan al unísono sin pisar unos el canto del otro!.
Hoy digo: olé y olé, por esas aves que en el cielo nos recuerdan la libertad, el estilismo, el respeto de unos con otros y la gran capacidad de vivir en grupo con diferentes trinos pero en un sólo gorgojeo.
Encar
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