Jesús enseña a sus discípulos que es posible dar soluciones a las necesidades de la gente, si comprometemos nuestra propia aportación y trabajo para lograrlo. Cinco panes y dos peces pueden resultar insuficientes para alimentar a mucha gente, pero alcanzan para enseñar el milagro del compartir. Si todos damos de lo que tenemos, por poco que parezca, habrá para todos y en abundancia.
A través de su ejemplo Jesús nos enseña a compartir solidariamente para que nadie pase necesidad.
Si nos alimentamos con el cuerpo de Jesús debemos vivir como Jesús: acogiendo a los más pobres, atendiendo sus necesidades, preocupándonos de sus sufrimientos y carencias, comprometiéndonos en cambiar la situación de los que menos tienen, aportando nuestros bienes, conocimientos, tiempo y trabajo para que haya más justicia, organizando al pueblo para compartir, dando el ejemplo y el testimonio práctico… así habrá para todos y se realizará la voluntad del Padre, que creó los bienes de la tierra para toda la humanidad.
Encar
Se puede compartir todo, con una mente limpia, generosa,discreta, con amistad, con amor, pero todo eso, con verdad.
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