Elegir cuando se tienes muchas opciones es mucho más difícil que cuando se tienen menos.
Todos los días tenemos que elegir si nos entregamos más o menos en nuestro trabajo, si preferimos dejar las cosas a medias o darnos a tope en lo que realizamos, si sonreímos a quien encontramos o preferimos ensimismarnos... si queremos compartir o ser egoístas... si cedemos la palabra a los demás o les pisamos queriendo imponer nuestros criterios...
Con frecuencia son decisiones que ni siquiera nos planteamos, vienen por sí solas sin detenernos en ellas. Solo nos paramos en decisiones "importantes" que van más allá de lo cotidiano.
Pero la vida... es lo cotidiano y, desde ahí, optamos por ser de una forma u otra.
Puedes tener muchos zapatos para elegir pero sólo saldrás a la calle con un par en tus pies. No desgastes tiempo en lo absurdo y simple, centrémonos en la decisión que nace de dentro sin plantearnos respuesta para crecer en disponibilidad, cariño, entrega y amor.
Encar
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