Hola Jesús;
amigo, hermano y Dios mío.
Qué bien me siento
cuando alguien comparte algo suyo conmigo,
o cuando me presta con agrado algo que necesito,
o cuando me da una cosa sin pedirme nada a cambio.
Qué egoísta sería yo, Jesús, si sólo quisiera
que los demás compartieran sus cosas conmigo
y yo no hiciera lo mismo con ellos.
No dejes nunca, Jesús, que caiga en el egoísmo.
No quiero ser alguien que lo quiere todo para él
y no deja nada a los demás.
No quiero ser alguien que sólo se preocupa de sus cosas,
y se olvida de lo que puedan necesitar sus compañeros o amigos.
No quiero ser alguien caprichoso
que siempre está comprándose cosas y más cosas,
para tener más que nadie, o para presumir.
Ayúdame Jesús, a ser una persona
que sabe compartir lo que tiene.
Tú decías que hay más alegría en dar
que en recibir. Y es verdad.
Hay más alegría en compartir
y hacer felices a los demás,
que en tener más y más cosas
para disfrutarlas uno solo.
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