Nadie dijo que la generosidad y la entrega fuesen fáciles de conseguir.
Ningún camino hacia lo alto no supone constancia, paciencia, desvelos y coraje... pero si persistimos en nuestro empeño de ser mejores cada día y ofrecer aquello que somos por causas nobles y justas nuestro esfuerzo se verá recompensado.
Persistir es arriesgar, es acompañar, es proteger aquello que queremos y afianzarnos en lo que creemos.
Persistir es dejar a un lado lo negativo y dejar el tiempo pasar para poder descubrir la grandeza de aquello que vivimos.
Persistir en la fe es agarrarnos fuertemente a los brazos de Dios que siempre acompaña el camino de nuestra vida.
Persistir es Amar.
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