acompañame en mi caminar,
hacia la felicidad plena contigo.
No dejes Señor
que me detenga
en el camino emprendido.
Enséñame a seguir esperando
aunque no vea resultados;
a seguir trabajando
con paciencia
a pesar de los fracasos.
En el camino de la conversión
he de ir desprendiéndome
de todo lo que me pesa
y me hace fatigoso el caminar.
Pero creo, Señor,
que Tú conoces mis anhelos
y no dejarás
mi vida infecunda.
Creo y espero porque amo
y necesito ser amado.
Y yo sé Señor
que Tú me amas.
Amén.
Hermanas clarisas de Huesca
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