La siguiente oración procede de un culto matutino en un Centro Ecuménico:
Señor,
tú amas la justicia y estableces la paz en la tierra.
Traemos ante ti la desunión del mundo de hoy;
la violencia absurda, y las numerosas guerras
que quebrantan el espíritu de los pueblos del mundo;
la codicia humana y la injusticia,
que alimentan el odio y las contiendas.
Envía tu espíritu y renueva la faz de la tierra;
enséñanos a ser compasivos con toda la familia humana;
refuerza la voluntad de todos aquellos
que luchan por la justicia y la paz,
y danos la paz que el mundo no nos puede dar.
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