Anda, pasa.
Pasa, anda,
no tengo más remedio que admitirte.
Tú eres el que viene cuando todos se van.
El que se queda cuando todos se marchan.
El que cuando todo se apaga, se enciende.
El que nunca falta.
Mírame aquí,
sentado en una silla.
Todos se van, apenas se entretienen.
Haz que me acostumbre
a las cosas de abajo.
Dame la salvadora indiferencia,
haz un milagro más,
dame la risa,
¡hazme payaso, Dios, hazme payaso!
Gloria Fuertes
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