Señor Jesús, hoy nos llamas a acoger a los miembros de la familia de Dios que llegan a nuestra tierra escapando de opresión, pobreza, persecución, violencia y guerra.
Como tus discípulos, también nosotros estamos llenos de temor y duda, e incluso sospecha.
Construimos barreras en nuestros corazones y en nuestras mentes.
Ayúdanos con tu gracia a desterrar el temor de nuestros corazones, que podamos abrazar a cada uno de tus hijos como a nuestro propio hermano y hermana y acoger a los refugiados con alegría y generosidad y a la vez respondiendo a sus muchas necesidades.
Un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ---Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2,13)
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