En épocas pasadas la palabra tenía un valor que hoy carece. Y los tiempos se median con urgencias menores. Por aquellos años, era un saludo común de despedida la expresión: "A dios te encomiendo".
Con el paso de los siglos la frase sufrió un recorte y el saludo se abrevió en un: "A dios". Finalmente se llegó al escueto "adios".
En idiomas diversos al español, la suerte fue similar. Por ejemplo, en el inglés, la frase similar sería: "God be with you" (Qué Dios sea contigo), la cual se fue acortando hasta arribar al famoso: GoodBye. Ésta a su vez fue recortada por el uso cotidiano hasta el "goodby".
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