Caminaré siempre en tu presencia
por el camino de la vida.
Caminaré entre el cemento de la ciudad
o el barro polvoriento de los pueblos.
Porque luz es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero, calor en medio del invierno.
Caminaré a pie descalzo
con la única riqueza de tu corazón,
con el único gozo de saber que eres mi tesoro.
Señor, acompaña con tu música
mis pasos cansados de la vida.
Hazte compañero inseparable
de mis caídas y tribulaciones.
Dime en medio de la noche
que debo caminar
guiado por tu estrella,
sabiendo que tú eres mi garantía,
mi confianza absoluta,
mi “carnet de identidad”.
Camina, Señor, conmigo;
acércate a mis pisadas;
ábreme de par en par tus grandes secretos
y enséñame a gozar en el camino
de las pequeñas cosas que me regalas,
sabiendo siempre ir más allá,
sin quedarme en las cunetas de los caminos,
porque sé que tú alimentas mi lámpara,
que madrugas al alba,
que eres el camino de mis pisadas,
el gozo de estar en ti como mi meta. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario