Madre del Buen Consejo, dirige tu mirada sobre nosotros


Madre del Buen Consejo, dirige tu mirada sobre nosotros. Somos  la familia reunida en nombre de Jesús y a Él queremos seguir tras las huellas de San Agustín. Deseamos imitarte y amarte. Guárdanos Tú y de Ti aprenderemos a tratar frecuente y profundamente con Jesús, Señor absoluto de nuestra existencia. Él será nuestro tesoro, el que mostremos con gozo a la humanidad entera.

Para todo esto te necesitamos a ti. Tú serás el centro y la luz de nuestra casa, como lo fuiste en aquella primera comunidad de Jerusalén, que se reunió en nombre de tu Hijo y que tuvo el gozo de ser presidida por Ti.

Ven con nosotros. Guíanos Tú, Madre del buen Consejo y acompáñanos en la búsqueda de aquello que tu Hijo ha pensado para cada una de nosotras. Preséntanos Tú a Jesús y ayúdanos a cumplir su voluntad; enséñanos a escucharle en nuestro interior, a buscarle en común y a servirle fielmente en el Instituto de “Agustinas Misioneras”.

Quédate en medio de nosotros, como te quedaste orientando los pasos de los primeros discípulos. Sé la inspiradora de nuestros pensamientos, la guía de nuestros pasos, la fortaleza de nuestro corazón, la maestra de nuestra disponibilidad y la madre y consejera siempre en nuestra perseverancia. Amén.

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