Los problemas llegan sin medidas y nosotros los amontonamos, incluso
hasta el punto en que nos convencemos que no tenemos ni una razón
para seguir intentándolo.
Si te sientes vencido, si estás muy confundido, sólo sigue lo
que dicta tu corazón. Ignora las cosas que te hagan querer volver
atrás, que se amontonan y te preocupan más; de lo contrario vas a
construir una montaña de problemas frente a ti. ¡Esfuérzate y se valiente!.
Tu futuro no lo sabes pero Dios está ahí ayudándote. Él te lleva de
la mano. No estás solo, no dejes que nada oscurezca el camino que
puedes caminar mañana si buscas hacer realidad tus sueños.
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