Señor,
concédeme el don de ser como un niño
para saber mirar
a los demás con transparencia.
El paso de los años ha cargado mi vida
de suspicacias,
temores,
cobardías,
tristezas,
que me pesan
como un fardo sobre la espalda.
Concédeme el don de volver al principio,
de saber confiar en los demás,
de tener esperanza,
de saber compartir con limpieza
lo que de Ti he recibido.
Vuélveme niño otra vez,
para recibir de Ti la promesa de felicidad.
Quítame toda desconfianza,
toda ansiedad,
todo egoísmo,
todo pecado,
que me impide llegar hasta Ti.
Si yo no Te alcanzo,
vuélvete, Señor, a mí.
Mira a tu pobre siervo
y ayúdale a ponerse en pie de nuevo,
como un padre ayuda a su hijo.
Concédeme el don, Señor,
de la vida primera de un niño.
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