La vida... con humor

Un hombre, la primera vez que iba a torear, ya en la plaza de toros, todo asustado se pone a gritar: -¡Déjenme solo! ¡Déjenme solo!
-Pero maestro, ¡Si ya está usted solo!
-¡Cómo que solo! ¿Y qué demonios hace ese toro ahí?

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