No busques a la gente cuando algo necesites, búscala cuando está afligida.
No busques a la gente para darle un regalo,
regálale tu tiempo y estréchale la mano.
No busques a la gente en lugares lejanos,
la gente está contigo, es tu hermana y tu hermano.
No busques a la gente cuando ya se ha marchado,
encuéntrala ahora que ésta a tú lado.
No busques a la gente solo por conveniencia
y aprende a distinguir a aquellos que te aprecian.
No lleves una flor mañana al campo santo,
demuéstrale tu amor al que quieres tanto.
No busques a la gente en terrenos baldíos,
aquí en la ciudad hay gente que requiere de afecto y cariño.
No busques a la gente que vive en la opulencia,
busca al pobre, al mendigo que una moneda pide afuera de la iglesia.
No busques a las almas solas, huecas, vacías,
busca al que comparte y da con alegría.
Hace tiempo a un buen hombre escuché comentar, que la gente de ahora sólo acude a él cuando quiere un favor, una moneda o un pan y yo le contesté que es muy fácil pedir, pero hemos olvidado que sobre todo hay que dar. Tienes razón hermano -me dijo el hombre aquel.
Ya no hay que estar tristes y antes de pedir hay que aprender amar.
No busques a la gente solo cuando requieres que te haga un favor,
regala sobre todo, regálale amor.
¿Qué has hecho hoy para ser mejor que ayer?
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