Ya, ya sé que marea... pero es que el amor marea ¿o no?
Cuando el objetivo central de nuestra vida es el amor... nos mareamos, porque ese amor nos impulsa a desgastarnos, a entregarnos, a perdonar, a dejar de lo nuestro, a vivir desde y para los otros... y eso... marea.
El túnel del amor no tiene fin. Siempre podemos amar más, siempre podemos disculpar más, siempre podemos darnos más.
Arriésgate y camina por ese túnel sin miedo, somos muchos los que necesitamos que te marees por amor.
Adéntrate en tu corazón y descubrirás que el camino no es tan difícil como parece y las satisfacciones son mucho mayores que el esfuerzo que realizas. ¡Ama!
Encar
reflejosdeluz@yahoo.es
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