Padre Nuestro:
Gracias por el don de la vida, de la salud y de la inteligencia.
Gracias por el regalo del carisma concepcionista que pones en nuestras manos.
Gracias por la libertad de amar y por la alegría de hacer el bien.
Gracias por el don de la fe y de la esperanza que se apoya en Ti.
Padre: enséñanos a vivir el don de cada día, sin otros planes que los tuyos.
Enséñanos a descubrir tu voluntad que se manifiesta en los acontecimientos de cada día, en las necesidades y en las personas...
Enséñanos a discernir, como lo hizo ella, las señales de tu presencia en medio de nosotros, los signos de nuestro tiempo.
Enséñanos a leer e interpretar el hoy de la historia, de nuestra propia historia, como historia de salvación.
Padre: llévanos a cada religiosa y a toda la familia concepcionista, a realizar tu voluntad en el hoy histórico que nos permites vivir.
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