Los nombres de las personas siempre solemos acortarlos en algunas de sus sílabas para llamarlas cariñosamente o porque los nombres son muy largos, como “Mari” de María, “Manu” de Manuel, “Fanny” de Estefanía o “Lore” de Lorena. Pero, algunos otros tienen un origen muy singular, ¿por qué a los hombres que se llaman José se les llama Pepe y a los que se llaman Francisco se les llama Paco?
Ambos comparten una historia similar, han surgido a partir de figuras cristianas. Paco se relaciona con San Francisco de Asís, quien fundó la Orden Franciscana. Los monjes que allí habitaban se dirigían a él como Pater Comunitas, de ahí que surgiera “Paco”, de las primeras sílabas.
El caso de Pepe también está relacionado con el cristianismo. San José era tratado antiguamente en el Nuevo Testamento como Pater Putativus, “el que podía ser considerado padre” de Jesús. Pater Putativus se abreviaba como “P.P”, que finalmente acabó leyéndose como Pepe para los que se llamaban José.
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