Que tu presencia inunde por completo mi ser y tu imagen se marque a fuego en mis entrañas, para que pueda yo vivir reproduciendo tu Imagen en mí…
Quiero pensar como Tú pensabas,
hablar como Tú hablabas,
tener tus sentimientos y compartir tu amor.
Que pueda yo, como Tú, servir y no ser servido; olvidarme de mí y ser aliento y esperanza para mis compañeros de camino…
Que sea yo, a la luz de tu presencia, sensible y misericordioso; paciente, manso y humilde; sincero y veraz.
Sé Tú, Maestro Divino en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones:
Mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, mi Camino, mi Vida, mi Maestro.
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