¡Despertad, la vida nos ha tocado!


La Vida ha salido a nuestro encuentro
Ascendió a la cruz, débil y fracasada
y, a los tres días, retorna gloriosa y eterna
¡DESPERTAD, LA VIDA NOS HA TOCADO!
Y, nuestra fe, se hace firme en esa misma vida
resucitada y resucitadora, alentadora y futura
resucitada y resucitadora, alentadora y futura
divina y esplendorosa.
Hoy, más que nunca, sentimos que todo cambia
Que la noche ya no es oscura ni definitiva
Que, al final del todo, una luz potente y luminosa
se abre para todo el que no desespera y aguarda
¡DESPERTAD, LA VIDA NOS HA TOCADO!
Cristo, el Hijo de Dios y de María,
ha bajado al abismo y traspasándolo
ha hundido todo su ser en lo que era temblor: la muerte
Cristo, el anunciado y esperado por profetas y reyes,
ha dinamitado con el poder de Dios
lo que era amenaza y cárcel segura para el hombre
¡DESPERTAD, LA VIDA NOS HA TOCADO!
Cantad y festejad, vitoread y saltad
porque, nuestra puerta de salida de este mundo
ya no está en la muerte ni tampoco en el absurdo.
Hoy, Cristo, ha resucitado y con su resurrección
nos trae vida, y de sobra, para todos los creyentes.
Despertad, hermanos, y anunciemos esta gran noticia
a todos aquellos que, aún conociéndola,
hace tiempo que la olvidaron o la dejaron adormecida.
Despertad, hermanos, y acerquemos
esta explosión de alegría y júbilo
a aquellos hombres y mujeres que necesitan
un poco de consuelo, de optimismo y de futuro.
¡DESPERTEMOS, CRISTO HA RESUCITADO!

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