TARDE TE AMÉ, BELLEZA INFINITA, TARDE TE AMÉ, TARDE TE AMÉ,
BELLEZA TAN ANTIGUA Y TAN NUEVA.
Por tanto, Señor, Tú estabas dentro de mí, pero yo estaba fuera.
Deforme como era guardaba la belleza del Creador.
Estabas conmigo y en cambio, Señor, no estaba contigo. Tus criaturas me tenían lejos, lejos de Ti.
Tú me llamaste y aquella voz tuya rompió mi sordera. Tú clamaste y fue disipada mi ceguera.
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