Eres el Salvador que yo espero.
La vida es como una encrucijada, y, a veces, indeciso, no sé por dónde ir.
Creo en Ti, Señor Jesús,
Tú eres la defensa de mi vida.
¿Quién me hará temblar?
Lo sé de sobra: seguirte es duro:
¡Hay tantas cosas fáciles de conquistar a mi lado!
Yo sé, Señor, que si me dejo llevar por ellas,
me amarrarán hasta quitarme la libertad que busco.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por senda llana.
Yo espero gozar siempre de tu compañía.
Yo quiero gozar siempre de tu Vida en mi vida.
Espero en Ti, Señor Jesús:
dame un corazón valiente y animoso para seguirte.
Tú eres luz para mi camino
y el Salvador en quien confío.
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