La festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, se recuerda conmemorando el gran amor y fe que tenía por Dios tras haberse convertido al cristianismo, motivo por el que fue una de las mártires de la Iglesia Católica, habiendo sido decapitada.
Según la historia bíblica, a Santa Cecilia, sus padres desde niña le cedieron en matrimonio al que sería su esposo, quien aceptó que la virginidad de la menor fue entregada a Dios, lo que significaba que no podría tocarla, porque un ángel estaría permanentemente guardando su cuerpo, en caso de incumplir la promesa el ángel se enfurecería.
"El día del matrimonio Santa Cecilia habría manifestado, si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí", según se conoce a través de escritos religiosos.
Posteriormente, tras declararse cristianos, fueron perseguidos por no aceptar dejar su fe y fueron ejecutados junto a Máximo un cortesano que al ver la fortaleza de la pareja se declaró cristiano.
Al morir su esposo, fue llamada para retractarse de su fe por Cristo y al no aceptar, la autoridad de esa época de nombre Almaquio la condenó a morir sofocada en el baño de su casa, pero por más que los guardias pusieron en el horno más leña, no le pasaba nada.
Mientras pretendían sofocarla, cuentan que Santa Cecilia se dedicaba a tocar un arpa y cantar alabanzas a Dios, motivo por el que mandaron a decapitarla y cuando el verdugo en tres oportunidades trató de cortarle el cuello con una espada, ella quedó con vida tendida en el suelo agonizando durante tres días, tiempo en el que la gente que le visitaba se convertía al cristianismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario