Señor, Jesús:
Hoy, Viernes Santo, en esta mañana santa,
miro tu cruz levantada en el monte.
En silencio adoro tu ofrenda al Padre.
Tus brazos extendidos abrazando a todos.
Tu cabeza inclinada, abandonada en las manos del Padre.
Tu rostro de Siervo sufriente ha quedado desfigurado.
Tu costado abierto ha regado la tierra con sangre y agua.
Lo has dado todo y te has quedado abierto, pobre y pequeño.
Me amas sin lógica, sin medida, sin buscar nada a cambio.
Me amas porque lo tuyo es amor fiel.
Te miro y te veo humano, muy humano.
Tu humanidad me estremece.
Tu amor mezclado en ese misterio de iniquidad me deja sin palabra.
Y todo esto por amor a mí.
amen
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