Los estudiantes suelen denominar a las materias fáciles “asignaturas marías”. ¿De dónde viene ese calificativo?
Al pie de la cruz de Jesús , el evangelio nos lo cuenta, estaban las tres Marías. Parece como si fueran el sexo débil. Lo cierto es que nos podríamos preguntar. ¿Dónde estaban los fuertes? Porque, no lo olvidemos, todos huyeron como el murciélago escapa de la luz. Tan sólo, al pie del madero, quedaron la Madre de Jesús y las otras dos marías.
Ellas fueron, no lo olvidemos, el símbolo de la fortaleza, del valor y del aguante extremo. Ante muchos miedos y cobardías, deserciones y traiciones, ellas, “las marías” permanecieron en los momentos en los que Jesús más necesitaba de la compañía de alguien. Sus amigos, todos excepto Juan, echaron a correr y nada se supo de ellos hasta el momento de triunfo de la resurrección.
La vida no es tan fácil como nos la pintan
ni, en otras ocasiones, tan dura como la creemos o la hacemos.
Que no perdamos nunca el sentido de la solidaridad con aquellos que más nos necesitan.
Que no descalifiquemos como “marías” aquellas personas, situaciones, trabajos y obligaciones que nos pueden parecer débiles o inútiles.
A veces, en lo sencillo, está la fuente y el secreto de la verdad.
Que como Tú, María,
también nosotros aprendamos a estar de pie cuando lleguen los días de sufrimiento o de prueba.
Que como Tú, María,
no demos la espalda a las personas que se sienten solos, angustiados, tristes y sin más amigos que sus propias soledades.
Que este mes de mayo haga brotar en las ramas de nuestros días los frutos de la fortaleza y del buen compañerismo.
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