¿Sabes que, en el mundo, hay más de mil millones de católicos?
¿Te imaginas que, esos mil millones de personas,
hiciéramos a la vez un esfuerzo por la paz, en contra del hambre, en pro de la justicia de la familia, en contra del aborto……?
¿Qué ocurre entonces?
En el fondo no tememos a Dios; es decir…nos cuesta fiarnos
de su Palabra, de sus promesas.
Y luego, hacemos lo que hacemos.
¿Por qué no ofrecemos a la Virgen nuestro deseo de cumplir la VOLUNTAD de Dios con palabras y con obras?
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