Manuel Rabanal, en su interesantísimo libro El lenguaje y su duende, recoge la opinión de Alvaro d´Ors sobre el origen de esta expresión que, según el Diccionario de la Real Academia, se aplica cuando se presenta "una ocasión favorable o coyuntura propicia para salir de un apuro o conseguir lo que se deseaba".
Según d´Ors, apoyado por Rabanal, la frase en cuestión proviene de la relación del martirio de San Esteban que aparece en los Hechos de los Apóstoles, donde se dice que, mientras los encolerizados agresores del jóven Esteban rechinaban sus dientes, el mártir, elevando sus ojos a las alturas, exclamó: "Video caelos apertos, et Filium hominis statem a dextris Dei".
Estas palabras figuran en la epístola de la misa del 26 de Diciembre, festividad de San Esteban, protomártir.
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