finaliza un año pero he de reconocer que no todo termina en mí.
Comencé el primer día del 2019 con muchos deseos e inquietudes.
Ahora, cuando llego su tramo final,
me doy cuenta que no todo lo que me propuse he llevado adelante
ni aquello que pretendí alejar de mí, lo he vencido.
Señor; se clausura un año pero, soy consciente
de que en algunas cosas, soy el mismo de ayer:
Donde dije “quiero” he puesto el “así soy”
Donde me propuse “seré” ha ganado el “no lo logré”
Donde prometí un “cambiaré”, ha dominado el “que cambien los demás”
Ahora, a punto de iniciarse un nuevo año, te confieso, mis temores:
¿Merece la pena el que alardee de aquello que no estoy dispuesto a ofrecer?
¿Tendré que pensarme mucho más mis deseos hacia los demás y hacia mí mismo?
¿Dejaré para otra ocasión, más consciente y serena,
la copa que rebosa de burbuja pero no de sinceridad?
¿Pensaré detenidamente si, abrazos y llamadas telefónicas
en los primeros minutos de la primera noche del año,
tendrían que ser más espaciadas para otras tantas donde no dedico un solo instante?
Ahora, cuando me dispongo a comenzar este nuevo año, te pido, Señor:
Que pongas verdad en mis palabras
Que hagas de mis deseos un apostar con pasión por ellos
Que me hagas ser realista a la hora de valorar mis propias fuerzas y medios
Que olvide las fronteras que, la difícil convivencia, levantó el año pasado
Que anteponga el bien de los demás al mío propio
Que supere, pero que no olvide, mis errores del pasado
para que así pueda aprender de ellos.
Y que, Santa María, que como Madre, mejor me conoce
me ayude a vivir con alegría y con juventud de corazón
este año 2020 por el que te bendecimos
por el que te damos gracias
en el cual te queremos presente
y ante el cual se abren como siempre tantos temores.
¡Feliz Año 2020, Señor!
¡Feliz Año Nuevo Santa María!
¡Felices días nuevos, hermanos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario