Dichosos los que no sois violentos porque habéis renunciado a la agresividad, porque no os gusta eso de "ojo por ojo y diente por diente", porque no deseáis ni hacéis mal a nadie.
Feliz el que no responde a la injuria con otra injuria, al insulto con otro insulto, a la bofetada con otra bofetada.
Dichosos ellos porque la paz será siempre su compañera.
Felices los que cuando os piden, dais;
Los que cuando veis que alguien os necesita, no le volvéis la cara, sino que os dais; los que sabéis animar, ayudar, acompañar, los que sabéis alegrar a quienes viven a vuestro lado. Dichosos los que tenéis la paz en el corazón acurrucada como una paloma y nunca deseáis la violencia para que no se espante esa paloma. Esa paloma significa que sabéis amar mucho.
Felices vosotros los que amáis a la familia haciendo de vuestra casa un hogar feliz.
Dichosos los que amáis a los amigos, a los cercanos...
Pero seréis más dichosos si sois capaces de amar a vuestros enemigos, si aprendéis a devolver bien por mal.
Dichosos vosotros si en vuestra juventud rechazáis positivamente toda violencia y os declaráis ante el mundo "AMIGOS DE LA PAZ" y decís! no! a la guerra, y a la carrera de armamentos, y al terrorismo, y al manejo, y a la mentira... mientras que os manifestáis partidarios del pan, la salud y la cultura.
Dichosos vosotros si os profesáis amigos de todos los hombres y de todos los pueblos.
Dichosos mil veces vosotros, niños y jóvenes de la Paz, que seréis mañana hombres de Paz. Dichosos vosotros porque la Paloma de Dios se acurruca serena en vuestro corazón, porque sois hijos del fuego, HIJOS DEL AMOR.
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