Dios es perdón



Dios es perdón
y hace fiesta en el cielo
cada vez que un hombre se arrepiente.

                     Tú puedes perdonar a tu hermano
                     cada vez que él te ha ofendido.

Y puedes pedir perdón
cuando has pasado de largo ante tu prójimo.

                     Pero lo que más te cuesta
                     y lo que más necesitas
                     es perdonarte a tí mismo.

Que te aceptes como eres,
que te quieras con tus defectos,
con tus limitaciones
con tus problemas y tus miserias.

                     Ama tu vida, tu historia, tu pasado,
                     con todo lo que has vivido,
                     con todo lo que has experimentado,
                     con tus sentimientos y tus ideas.

Porque creer en el perdón de Dios
te puede resultar relativamente fácil.

                     Perdonar al que te ofendió
                     puedes hacerlo con gozo.
                     Incluso pedir perdón
                     lo puedes hacer cada día.

Pero perdonarte tú mismo
es creer verdaderamente
en el poder liberador de Dios,
y es condición indispensable
para que vivas en paz.

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