Si te acostumbras a ver siempre el lado positivo de las cosas:
En las dificultades, te superarás con más facilidad; en los desaciertos, te sobrepondrás con voluntad; en las dudas, sabrás discernir con mayor seguridad; en los problemas, la solución te resultará más fácil; en los momentos de soledad, el pesimismo no te doblegará; en la enfermedad, sabrás luchar con fe; ante el desprecio, tu ánimo no decaerá;
en horas difíciles, una luz interior te guiará y, por sobre todas las cosas, un bello mañana empieza ya hoy a ser realidad.
Es necesario tener una mente positiva y confianza en que Dios nos ayuda a salir de las diferentes situaciones, eso si con fortaleza.
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