Te manifestamos nuestro deseo de encontrarte, nuestra voluntad de buscarte.
Ayúdanos. Ven en socorro de nuestra debilidad, de nuestra ignorancia.
Danos, Señor, el don de intuirte a través de estos símbolos que Tú nos das.
Haz que evoquen en nosotros tu presencia, que nos lo hagan percibir, experimentar, vivir...
Sabemos, Señor, que estás empeñado en encontrarnos, en que te encontremos.
Condúcenos Tú hasta que seas la experiencia más viva de nuestro corazón. Entonces, Tú seguirás conduciéndonos. Amén.
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