Espíritu Santo
Tú vienes a encender en cada uno de tus hijos una hoguera de luz.
Te adoramos como el Enviado del Padre que, por medio de la
entrega obediente del Hijo, nos enseñas la verdad de la vida.
Tú eres la verdad, tú nuestra Luz.
Te damos gracias por regalarnos la luz de la fe y poder vivirla en nuestra Iglesia.
Muéstranos, Espíritu Santo, los tesoros de tu sabiduría.
Condúcenos al Padre, haznos discípulos de Jesucristo.
No dejes de acompañarnos con nuestros hermanos para ser dignos
templos de tu presencia,
en cada minuto de nuestra vida.
Luz Divina, te adoramos presente en la Iglesia.
Por eso te presentamos a nuestra comunidad parroquial,
a cada uno de nuestros hermanos.
Fortalécenos y mantennos a todos
en el resplandor de la comunión.
Que juntos sepamos iluminar a los que no te conocen
y dejemos traslucir tu cálida presencia a los pobres,
enfermos y abatidos.
Enciende en nosotros la llama de tu caridad, para que un día,
resucitados, participemos contigo en el gozo de tu reino.
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